El crédito
El crédito representa una promesa de cumplimiento. Una de las formas más comunes de crédito que encontramos se da cuando una entidad necesita recursos y no dispone de dinero para adquirirlos, por lo que solicita crédito (normalmente en forma de
dinero) a otra entidad. El otorgamiento o no de ese crédito depende en gran medida de la confianza que demuestre la entidad que lo solicita (es decir cuando se confía en que quien toma el crédito cumplirá la promesa en tiempo y forma).
El crédito no solo se utiliza en personas y
empresas sino también lo solicitan los gobiernos nacionales y locales para disponer de los recursos que necesitan para su funcionamiento. En estos casos también es fundamental la confianza sobre la capacidad de pago, ya que en gran medida ello establece la tasa de interés que se aplica. A mayor desconfianza la tasa de interés es más alta, siendo menos conveniente para quien toma el crédito y más rentable para quien lo otorga, pero al mismo tiempo con mayores posibilidades de que no sea devuelto en tiempo y forma.
En la economía es tan importante la confianza que existen empresas y entidades dedicadas exclusivamente a calificar de forma numérica a otras empresas y/o países según su capacidad de pago. En muchos casos, no solo se evalúa si se está en condiciones de devolver lo prestado, sino también el riesgo para realizar inversiones en ese determinado lugar.
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